«¿Debo intentarlo de nuevo con mi ex o pasar página?»
La pregunta cae como piedra cada noche. No importa cuánto trates de distraerte, aparece cuando apagas la luz, cuando escuchas esa canción, cuando ves una foto vieja o cuando te cruzas con esa pareja que se besa en la calle sin preocuparse por nada. Ahí estás tú, con el corazón dividido en dos mitades que no se hablan entre sí.
Una parte de ti aún lo recuerda todo: sus gestos, las risas, los planes. La otra parte susurra que fue por algo, que no todo era tan bonito como parece en tu mente hoy. Y ahí estás, atrapado en medio, sin saber si abrir otra vez la puerta… o cerrar con llave y tirar la llave al río.
Hay algo en las historias que no terminan bien que nos deja en pausa. Como si necesitáramos una escena final clara para poder continuar. Pero muchas veces eso no ocurre. La relación se rompe, quedan los silencios, las dudas, los «y si…». ¿Y si esta vez sí? ¿Y si ha cambiado? ¿Y si el problema era yo?
Y en esa incertidumbre es donde llega la necesidad de una respuesta más profunda. Algo que no venga de amigos opinando sin saber. Algo que no esté en un artículo genérico. Algo que mire donde tú no sabes mirar.
Ahí aparece el Tarot de Jesús.
Cuando necesitas algo más que palabras vacías
Jesús no te dirá “sí” o “no” como quien lanza una moneda al aire. No está para endulzar verdades, ni para vender ilusiones. Está para leer lo que está ahí, aunque tú aún no lo veas. Porque el tarot, en manos honestas, no es un truco. Es un espejo.
Y tú no buscas certezas de libro. Buscas claridad en el caos. Porque a veces, ni siquiera sabes bien lo que sientes. ¿Aún lo amas o solo extrañas no estar sola? ¿?
Historias como la tuya hay miles, pero la tuya es única
Recuerdo a Clara, una chica que vino con esa misma pregunta. Tenía los ojos cargados de esperanza y miedo. “Me dejó hace cinco meses… pero me sigue hablando. A veces me escribe, me dice que me extraña. Pero no vuelve. ¿Qué hago?”
Le echamos las cartas con Jesús. Las del pasado hablaban de conexión, sí, pero también de desequilibrio. En el presente, un ocho de espadas: bloqueo emocional, culpa. Y en el futuro… el Loco. Una carta de nuevos comienzos, de lanzarse sin mirar atrás.
Clara no lloró. Sonrió. Porque lo entendió. No era una historia de odio ni de falta de amor. Era una historia de caminos distintos. Y eso también duele, pero libera.
Entonces… ¿volver o dejarlo ir?
No hay respuesta universal. Lo sabes. Pero hay preguntas que puedes hacerte, no con la cabeza fría, sino con el alma despierta:
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¿Ha cambiado lo que nos separó?
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¿Siento que me estoy traicionando si vuelvo?
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¿Mi vida se detiene mientras espero algo que no llega?
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¿Me siento menos sin esa persona?
Porque si la respuesta te encoge el pecho en lugar de abrirte el corazón… ya tienes parte de la respuesta.
Volver a un ex puede ser valiente o puede ser huir hacia atrás. Todo depende del porqué.
¿?
El tarot no decide por ti, pero te acompaña
Jesús lo dice claro: el tarot no es un sí o un no. Es una conversación con lo que no te atreves a escuchar. Las cartas te enseñan patrones, energías, intenciones. Te permiten ver el alma de la historia sin el filtro de la nostalgia.
Y eso, en medio del desorden emocional, puede ser justo lo que necesitas.
Porque tú ya tienes el poder de decidir. Solo que, a veces, hace falta una pequeña luz para encontrar el interruptor.
¿Y si pasar página no fuera sinónimo de fracaso?
A veces sentimos que cerrar un ciclo es aceptar que perdimos. Pero no es así. A veces cerrar es el verdadero triunfo. El acto más grande de amor propio.
Pasar página no es olvidar. Es entender que lo vivido fue valioso, pero que tu historia no termina ahí. Que tu vida sigue, y que mereces una historia que no te duela cada día.
No es fácil. No lo será. Pero tal vez, en el fondo, sabes que algo tiene que cambiar. Que quedarte ahí, a medias, esperando algo que no llega, también es una forma de ir desapareciendo poco a poco.
Consejos sin filtro, desde la experiencia
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Haz silencio. Escúchate sin el ruido de las opiniones ajenas. A veces, la respuesta está justo ahí, solo que no quieres admitirla.
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Consulta el tarot con alguien que no te diga lo que quieres oír. Jesús no adorna la verdad. Te la muestra. Cruda si hace falta. Pero real.
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Mira tus emociones como si fueran tus hijas. Cuídalas, no las ignores. Si estás en conflicto constante, es que algo pide ser sanado.
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Recuerda quién eras antes de esa relación. ¿Qué te hacía feliz? ¿Qué sueños dejaste aparcados?
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Sé valiente. Ya sea para volver con la frente en alto o para decir adiós de verdad. Ambas decisiones requieren agallas.
La vida no siempre da segundas partes. Pero tú puedes darte un nuevo comienzo.
Y tal vez, solo tal vez, ese nuevo comienzo empieza cuando dejas de preguntarte qué haría tu ex… y comienzas a preguntarte qué harías tú, si no tuvieras miedo.
Jesús puede ayudarte a ver. Pero eres tú quien tiene que decidir si seguir mirando por el retrovisor… o empezar a mirar hacia adelante.