¡Qué mezcla tan inesperada y poderosa! Que el tarotista Jesús también sea culturista no solo es posible, sino que tiene todo el sentido del mundo si lo miramos con ojos bien abiertos. Vivimos en una época donde la espiritualidad ya no está confinada a túnicas y silencio místico. Hoy, un tarotista puede levantar 120 kilos en press de banca y luego leerte los arcanos mayores con una serenidad que te deja temblando más que una serie de sentadillas.
Jesús, el tarotista culturista, es una bomba de contradicción solo si pensamos con mente anticuada. Pero si lo ves con lógica moderna, tiene una coherencia brutal. El tarot requiere enfoque mental, energía espiritual y control emocional. El culturismo exige disciplina férrea, mente clara y una conexión cuerpo-mente absoluta. ¿Ves la similitud? La diferencia está en las herramientas: uno usa pesas y el otro cartas, pero ambos buscan poder interior, crecimiento y dominio personal.
Imagínate esto: estás en una sesión de tarot, esperando a un tipo esotérico, delgado, con incienso y voz suave. Entra Jesús, musculoso como un dios griego, camiseta ajustada que parece pedir perdón, mirada profunda y una voz que podría calmar tormentas. Saca su mazo de cartas con una precisión quirúrgica y dice: “Hoy vamos a encontrar el camino que tu alma ha perdido, pero también te voy a enseñar cómo dejar de perder músculo en el proceso.” Boom. Ya estás atrapado.
Yo conocí a alguien como él. Se llamaba Luis. Era entrenador personal y un día me dijo: “¿Sabías que medito entre series de pecho y espalda?” Lo tomé a broma hasta que vi que su vida tenía más equilibrio que la mayoría de mis conocidos. No se desbordaba, no se frustraba fácil, y cada decisión la tomaba como si ya hubiera visto el futuro. Resultó que usaba cartas del tarot para afinar su intuición. Así de loco. Así de real.
Jesús probablemente encontró en el tarot un escape a lo físico, una vía hacia lo interno. Y el culturismo, lejos de ser pura vanidad, es su manera de demostrar que el alma también vive en el cuerpo, que la espiritualidad no es abandonar la materia, sino dominarla. ¿Quién dijo que un hombre espiritual tiene que ser flaco y desnutrido? ¡Eso es pensamiento viejo, limitado!
Además, el tarot moderno ya no vive solo en tiendas oscuras con cortinas de terciopelo. Vive en Instagram, en TikTok, en gimnasios y cafés. Es parte de una generación que no quiere elegir entre cuerpo o alma, sino que exige tenerlo todo. Jesús representa ese nuevo camino: fuerte por fuera, sabio por dentro. Un guerrero místico del siglo XXI.
Así que sí, es posible, y no solo posible: es inspirador. Jesús rompe moldes. Nos obliga a dejar de encasillar a las personas por lo que hacen o cómo se ven. Porque tal vez el tipo que te da el mejor consejo espiritual no está vestido de blanco con collares de cuarzo, sino sudado, con guantes de gimnasio y una carta del Loco en la mano.