¿Cuántas veces dejaste pasar tu felicidad sin darte cuenta?

«Tengo miedo de perder la oportunidad de ser feliz.»

No sé si tú también lo has sentido, pero esa frase se clava hondo.
Como una piedra pequeña en el zapato que, por más que intentes ignorar, ahí sigue… recordándote, a cada paso, que algo falta.
Que algo podría escaparse.
Que tal vez, sin darte cuenta, ya se está escapando.

¿Y si esta vida, con todos sus parches y sus grietas, resulta ser el único escenario para encontrar eso que tanto anhelas?
¿Y si, en este preciso instante, te estuvieras perdiendo de algo que podría haberte cambiado para siempre?

A veces da vértigo pensarlo, ¿verdad?


Imagina esto: vas caminando por una feria, de esas que montan en los pueblos de vez en cuando. Hay luces de colores, niños corriendo, olor a algodón de azúcar… y una ruleta enorme girando.
Alguien te dice: «Tienes una sola ficha. Una sola oportunidad.»

¿Tirarías la ficha en el primer juego que ves?
¿O te quedarías paralizado, mirando todas las opciones, hasta que se te pase el turno?

Eso mismo nos pasa en la vida.
Queremos jugar. Queremos ganar. Queremos ser felices.
Pero el miedo a perder nos deja congelados. O, peor aún, nos hace correr en círculos, diciendo «sí» a cosas que ni siquiera queremos de verdad.

Y mientras tanto, esa pregunta nos corroe por dentro:
¿Y si esta era mi única oportunidad?


El problema es que nos enseñaron mal.

Nos hicieron creer que la felicidad es un tren que pasa una sola vez. Que si no te subes en el momento justo, te quedas en el andén para siempre, viendo a otros alejarse entre risas.

Leer ahora  ¿Estoy preparado para escuchar lo que el tarot tiene para decir?

Pero la verdad es que la felicidad no es un tren.
Ni un boleto de lotería.
Ni una puerta mágica que se cierra para siempre.

La felicidad es mucho más como un río.
A veces pasa más caudaloso. A veces apenas susurra.
Y sí, puede que ahora mismo no lo escuches… pero sigue estando ahí, incluso cuando tú no sabes cómo llegar hasta la orilla.

¿Te has preguntado alguna vez cuántas veces creíste haber perdido “tu oportunidad”… y después, mirando atrás, viste que no era tan así?

Quizá ese amor que se fue no era el amor.
Quizá ese trabajo soñado habría terminado quemándote por dentro.
Quizá esa decisión que parecía un fracaso era el mapa doblado que te llevaba justo a donde realmente debías estar.

La vida es mucho más sabia que nosotros.
Más sabia y también más paciente.


Ahora bien, tampoco se trata de quedarse quieto esperando que las cosas mágicamente se acomoden.
Porque el riesgo real no es perder oportunidades.
El riesgo real es no estar despierto para reconocerlas.

¿Cuántas veces decimos «no» por miedo?
¿Cuántas veces nos escondemos detrás de excusas elegantes como «no es el momento», «necesito pensarlo mejor», «ya lo haré mañana»?

El miedo a perder la oportunidad de ser feliz, paradójicamente, nos puede robar la felicidad que ya teníamos en las manos.

No necesitas un plan perfecto.
No necesitas garantías.
Sólo necesitas coraje para dar un paso, aunque sea pequeño. Aunque tiemble. Aunque duela.

A veces el simple acto de moverte, de arriesgarte a sentir, es la única oportunidad real que importa.

Leer ahora  Horóscopos Enero 2025 por el Tarot de Jesús

Sé que suena más fácil escribirlo que hacerlo.
Claro que sí.

Hay días en que nos sentimos rotos, vacíos, demasiado cansados para soñar.
Hay momentos en los que todo pesa tanto que parece imposible creer en algo tan volátil como la felicidad.

Pero aquí entre nosotros…
¿No sería aún más doloroso mirar atrás y preguntarte cómo habría sido si te hubieras atrevido?

Prefiero mil veces equivocarme intentando que arrepentirme de no haberme dado permiso para vivir.


¿Qué puedes hacer hoy, justo ahora, para acercarte un poquito más a esa felicidad que sueñas?

No te hablo de grandes cambios. No es necesario venderlo todo e irte a recorrer el mundo (aunque si quieres hacerlo, adelante).
Te hablo de cosas pequeñas.
De escribir un mensaje que llevas tiempo guardándote.
De empezar ese proyecto que siempre postergas.
De decir «sí» a algo que te ilusiona aunque te dé miedo.

La felicidad rara vez se presenta envuelta en moño y papel de regalo.
Casi siempre se disfraza de oportunidades imperfectas, de comienzos tímidos, de decisiones que parecen insignificantes.

Y ahí es donde está el truco: en moverte aunque la voz del miedo siga gritando.


¿Sabes?
La vida no se trata de atrapar todas las oportunidades.
Ni de hacerlo todo bien a la primera.
Ni de ser perfecto en esta absurda carrera hacia no sé dónde.

Se trata de sentir.
De aprender.
De seguir amando incluso después de haberte roto.

Porque al final del día, la verdadera felicidad no está en el lugar al que llegues.
Está en cómo caminaste hacia allí.

Incluso ahora, mientras lees esto, el río sigue fluyendo.
Y siempre, siempre puedes acercarte un poco más a su orilla.

Leer ahora  ¿Por Qué Siento que Nunca Seré Querido? Reflexiones y Soluciones

Aunque tengas miedo. Aunque duela. Aunque no estés seguro de cómo.

Estás a tiempo.
Siempre estás a tiempo.

Deja un comentario

WhatsApp 694480956